Saltar al contenido
Compartir esta página [+]

Historia

Breve historia del Puerto de Avilés

Es imposible comprender la actualidad del Puerto de Avilés y su proyección en el siglo XXI sin aludir a sus orígenes.

Para ello hay que remontarse a la época medieval, momento en que comienza a desarrollarse la actividad pesquera. En el siglo XII es conocido nuestro Puerto por el monopolio para la descarga de sal, al haberle sido concedido bajo régimen de contrato con la Corona de Castilla la concesión de Alfolíes, o almacenes de sal, producto indispensable de la época y cuya producción se llevó a cabo a nivel local en un principio, necesitándose más tarde su adquisición de Francia, Portugal y Cádiz a medida que la necesidad de consumo se acrecienta. De igual manera, el Puerto destacaba por su importante tráfico de lana proveniente de Castilla con destino a Europa (he ahí el primer ejemplo de intermodalidad y de definición del área de influencia del Puerto), así como por la exportación de lino, madera o vino. El impulso mercantil del Puerto tuvo también base en el hecho de que será el primer abastecedor de la ciudad de Oviedo, importante económicamente en ese periodo por ser abrigo de los peregrinos en su camino a Santiago de Compostela.

Entre los siglos XV y XVIII los tráficos del Puerto se reducen considerablemente, entre otras causas, por el empeoramiento de las condiciones físicas del Puerto debido a la acumulación de arenas, problema heredado hasta la actualidad y por el cual los trabajos de dragado de mantenimiento son fundamentales para nuestra operatividad.
Panorámica del Puerto antes de la llegada de la siderurgia a la ciudad Panorámica del Puerto antes de la llegada de la siderurgia a la ciudad
Contamos con evidencia documental que señala una Real Provisión procurada por los Reyes Católicos en el año 1.488 para que las autoridades locales puedan recaudar una sysa destinada a obras de reparación en la barra de la ría puesto que ésta se cerraba junto con el canal de entrada impidiendo el paso a las naves.

Ya en el siglo XVI durante el reinado del rey Felipe II, y tras nuevas quejas de los comerciantes de la Villa por los problemas del entrada y maniobrabilidad del estuario, se ejecutan obras de reconstrucción de un cay, o muelle de cal a la altura del Puente de los Pilares, también mejorado en esa época, donde siglos después se asentaría el Puente de San Sebastián, lugar de conexión entre Avilés y el vecino municipio de Gozón.

Los siglos XVII y XVIII no verán una mejora de las condiciones del Puerto, que, por ende, continúa perdiendo tráficos a causa de los continuos aterramientos y la imposibilidad de mantener una navegación regular en el canal. Aunque se habían propuesto distintas medidas que paliaran estas dificultades, los problemas económicos y la falta de estructura organizativa adecuada en el puerto hicieron que ninguna de ellas se llegara a materializar.

Peor aún, Avilés perderá su importancia como puerto de cabecera de la región a favor del Puerto de Gijón a finales del XVIII. Además es en esta ciudad donde se centralizarán las Aduanas y la Administración Marítima, a lo que hay que añadir el establecimiento de Gijón como puerto abastecedor de la capital de la región, hecho apoyado en la mejora de conexión entre esta ciudad y Oviedo por carretera. Así las cosas, tanto el puerto como la Villa de Avilés entran en serio declive económico y poblacional.

Ante la tesitura de evolucionar o morir, el puerto entra en la tercera década del siglo XIX con unas necesidades urgentes de mejoras que transformen el perfil del estuario y mejoren sus condiciones de entrada y navegabilidad.
Carga de madera en el muelle local Carga de madera en el muelle local
En el siglo XIX el tráfico más importante del Puerto fueron los pasajeros. A causa del empobrecimiento de la población se provocó un éxodo masivo hacia el nuevo continente con la esperanza del enriquecimiento rápido. Se establece así un tráfico en el que la población emigra de España a América y en su regreso, los barcos de vela que realizan estas travesías transportan productos que abastecen los nuevos y exitosos negocios comerciales de ultramarinos. A la sombra de este comercio, crece también el negocio naviero, con la creación de nuevas compañías armadoras. A partir de finales de siglo, con la puesta en escena de los barcos de vapor, este tráfico se deriva a la vecina ciudad de Santander.

Fue también, en este siglo, cuando se formaliza el diseño del actual  puerto comercial, que coincide en el tiempo con la instalación en Arnao de la Real Compañía de Minas, primer proyecto industrial en Asturias, aunque con capital belga. Está empresa utiliza para el movimiento de sus mercancías la Dársena de San Juan de Nieva. Hasta ese momento el grueso de los tráficos eran movidos en los muelles locales, que paulatinamente van perdiendo actividad y el Puerto sufre un desplazamiento hacia los muelles de Raíces y la citada Dársena, completamente reformada gracias al impulso del tráfico de carbón, pilar vital en el desarrollo del Puerto a partir de mediados del siglo XIX. En la actualidad el 80% de los tráficos movidos por el puerto tienen lugar en este emplazamiento, y el principal cliente es heredero de la Real Compañía de Minas, Asturiana de Zinc, S.A., que recogió el testigo de empresa cabecera al aumentar sus tráficos de manera determinante una vez la siderurgia decae a finales del siglo XX.
Panorámica de la Dársena de San Juan de Nieva con las rocas que dificultaban la entrada a Puerto, y la draga trabajando en el canal de entrada. Esta dársena se modernizará a partir del auge del tráfico de carbón, a finales del siglo XIX Panorámica de la Dársena de San Juan de Nieva con las rocas que dificultaban la entrada a Puerto, y la draga trabajando en el canal de entrada. Esta dársena se modernizará a partir del auge del tráfico de carbón, a finales del siglo XIX
Entrado el siglo XX, el Puerto ve la creación en 1.915 de la Junta de Obras del Puerto de Avilés, y sufre un cambio drástico con la instalación de un magno proyecto siderúrgico. En torno a los años 50 comienzan las obras de lo que fue ENSIDESA, empresa siderúrgica que transformó tanto el puerto como la ciudad. La población de Avilés creció exponencialmente y el Puerto cambió de manera radical, los  tráficos generados por esta empresa fueron notables y pasó a ser el casi único cliente del puerto, pues generaba el 70 % de los movimientos.
Final de la construcción de la Dársena de San Agustín con el antiguo muelle local en primer término. Desde aquí se cargarán y descargarán los productos siderúrgicos. Final de la construcción de la Dársena de San Agustín con el antiguo muelle local en primer término. Desde aquí se cargarán y descargarán los productos siderúrgicos.
Después de 20 años de bonanza económica a finales de los 80 debido a la reconversión industrial y el cambio de la cabecera de esta a Veriña, los tráficos generados por ENSIDESA descendieron de manera alarmante y los muelles de la dársena de San Agustín quedaron infrautilizados.

Es en este momento de crisis cuando el Puerto de Avilés tiene que replantearse el futuro para intentar recuperar una parte importante del negocio perdido. Para ello, además de mantener los clientes existentes y los tráficos cautivos, se pretende una presencia en los foros tanto nacionales como internacionales del sector de logística y transporte y se hace una labor de divulgación de las ventajas competitivas que ofrece: situación, dinamismo, especialización.

Aunque, la antigua siderurgia, hoy Arcelor Mittal, no es ya el principal proveedor de tráficos del Puerto sigue siendo uno de los principales clientes, junto con Asturiana de Zinc, y otras empresas sin cuya presencia no podemos entender el futuro.

Todo lo anterior pasa por la adecuación de las infraestructuras de este histórico puerto, así hemos de relatar que comenzamos el siglo XXI con la construcción de un dique de contención de arenas en la bocana del puerto, la ampliación de 150 de muelle pesquero y, como colofón, la rehabilitación de la Dársena de San Juan de Nieva para redistribuir y aumentar los tráficos, ya que se aumenta tanto la longitud de atraque con mayor calado (10 y 12 m.) como la superficie de depósito.

A principios de este siglo el Puerto de Avilés  enfrenta su futuro para lograr la modernidad exigida por las nuevas necesidades del proceso de globalización y las exigencias de competitividad, a través del desarrollo de la margen derecha de la Ría. Así pues la capacidad y actividad de este puerto actualmente depende del desarrollo de infraestructuras en el único espacio no desarrollado, tanto la construcción de muelles como la búsqueda de espacios para acopio y manipulación y diversificación de mercancías.

El Puerto de Avilés afronta con gran optimismo el futuro de sus instalaciones. Debido a la asignación de Fondos Europeos de Cohesión (aproximadamente unos 30 millones de euros), la ampliación de nuestros muelles en la margen derecha se está haciendo una realidad. Se está dotando a la zona de unos 1.000 metros de muelles con profundidades de hasta 14 metros y una zona de actividades logísticas y de almacenamiento superior a 375.000 m2, lo que producirá un aumento de tráfico anual cercano a los dos millones de toneladas. No se están descuidando tampoco los accesos a la zona, aumentando la capacidad de la AS-328 y dando servicio ferroviario a través de la dársena de San Agustín.

El futuro del Puerto se ve de esta manera asegurado con esta última transformación… por el momento.